martes, 19 de febrero de 2013

La mitología del Carnaval de Oruro

La mitología del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, es uno de los relatos más sorprendentes de la tradición oral.

Cuenta la leyenda que en la parte Occidental del Kollasuyo, a orillas de un lago existía el pueblo Uru, caracterizado principalmente por su actividad agrícola y pesquera. Un asentamiento humano de nobles valores, sin embargo, sus acciones fueron perturbadas desde las serranías por un semidiós de nombre Wari, quien trató de infundir en los urus antivalores y exigía su sometimiento.

Pero el pueblo no hizo caso a sus peticiones y Wari comenzó a castigar a los urus enviando gigantescas plagas desde los cuatro puntos cardinales; del Sur envió una enorme víbora que se arrastraba por las laderas de los cerros.

Del Norte envió un gigantesco sapo, del lado Este un enorme lagarto; mientras que del Sur, del Este y del Norte, envió ejércitos interminables de hormigas, que sin duda alguna causaron un temor indescriptible en los urus.

Cuando Wari clamaba su poderío y seguro de haber vencido al pueblo Uru, del firmamento apareció una Ñusta en cuya mano derecha llevaba una espada y se enfrentó a la víbora, con tres golpes certeros la convirtió en piedra y la dejó petrificada en el sector Sudoeste, actualmente se la aprecia a simple vista en ese sector de la ciudad.

Al imponente sapo lo convirtió en piedra. Se cuenta que hace años un militar que ejerciendo un cargo como autoridad de Oruro ordenó la destrucción de dicho ser petrificado, pero posteriormente fue remplazado con una estatua de cemento. El mitológico sapo es venerado cada Miércoles de Ceniza, en la zona Norte de la ciudad.

El lagarto también fue abatido por la Ñusta y convertido en piedra, este animalejo petrificado está en el sector de Cala Cala. Hace algunos años se podía observar con el ocaso, cómo el agua que lo rodeaba tomaba un color rojizo, se decía que era la sangre derramada por el lagarto. Así Wari fue derrotado y no le quedó otra que esconderse en las profundidades de los cerros.

Los urus, sorprendidos por la hazaña de la Ñusta, decidieron rendirle pleitesía y decidieron disfrazarse de diablos en alusión a Wari, cada año se someten ante esa mujer misteriosa que hoy es conocida como la Virgen del Socavón.

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