sábado, 15 de febrero de 2014

La elaboración de caretas un arte que perdura por generaciones


Una tradición que perdura ya por cuatro generaciones en la familia Flores, es la elaboración de imponentes caretas, ante el fallecimiento de su patriarca, Germán Flores, sus hijos y su esposa, Miriam Corrales viuda de Flores, preservan esta actividad que muy poco cambió desde hace décadas.

El Taller de Máscaras Folklóricas el Quirquincho, aún mantiene sus puertas abiertas para que los danzarines de varias fraternidades puedan contratar los servicios de esta reconocida familia, para la elaboración de caretas de las diablos, tobas, llameros y morenos.

"Es una tradición de tantos años, puesto que mi marido era uno de los mejores artesanos, posteriormente vienen mis hijos, quienes serían la cuarta generación de la dinastía de los Flores y seguimos trabajando en el taller y la tienda", remarcó.

A pocos días de celebrar la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el Carnaval de Oruro, manifiesta que toda la familia, incluyendo algunos obreros, trabajan de forma ardua para terminar las caretas que fueron encomendados para esta fecha tan importante para los orureños.

Si bien el punto de partida de la creación de las caretas y máscaras, especialmente para la diablada, se basa en la mitología de las cuatro plagas que dieron origen al Carnaval de Oruro, como la víbora, el sapo, el lagarto y las hormigas, por el trascurrir de los años esto se fue sincretizando con la inclusión del dragón, que es la especialidad del taller.

"El dragón ha ido evolucionando durante los años, porque antes era simplemente un lagarto, pero a medida que han pasado los años y por pedido de los clientes ha evolucionado el dragón, volviéndose hasta de tres, cuatro, seis, de siete cabezas", dijo.

Otro de los aspectos que fueron evolucionando, es por ejemplo la utilización del material, pues antes se manejaba el yeso, pero ahora se prefiere la fibra de vidrio, que da mayor ligereza y comodidad al danzarín.

Para este año se tiene previsto elaborar alrededor de 100 caretas nuevas, pero su trabajo no termina ahí, porque también existen varias composturas de algunos trabajos antiguos, por lo que agradeció a la gente que aun confía en el trabajo de la familia Flores.

Aún existe un vasto legado que dejó Germán Flores, por lo que su esposa, doña Miriam, planifica que en un futuro no muy lejano, pueda exponer el trabajo de su finado marido, que configuran sin duda un importante aporte a la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

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