miércoles, 22 de marzo de 2017

En estas fiestas carnavaleras Máscaras, parte del ritual

Simbología antropológica. A lo largo de la historia, su empleo va desde ceremonias sagradas, en diferentes culturas, hasta en festividades de la fertilidad como en el Carnaval.

Desde caretas que apenas cubren la mitad del rostro, hasta las más elaboradas que llegan a medir hasta un metro y medio de altura, así son las tradicionales máscaras utilizadas por los danzarines de algunos conjuntos folclóricos de la Entrada del Carnaval de Oruro.

Los elaborados disfraces, las máscaras y decoraciones usadas en el Carnaval de Oruro son hechos a mano en talleres artesanales. Cada uno de ellos realiza un promedio de 325 máscaras anualmente, y comienzan a elaborarlas desde agosto.

Los artesanos aseguran que demoran un día en el trabajo de una máscara pequeña, mientras que las más grandes pueden llegar a tomar cuatro jornadas de trabajo. Su costo oscila entre los 40 y 50 dólares.

Aunque muchas personas creen que estas fantasías son de reciente creación, su origen se remonta a la prehistoria.

A lo largo de la historia, las máscaras han sido utilizadas con propósitos muy diferenciados, de acuerdo con la cultura y la religión de las personas que han adoptado este objeto. Por lo general, su uso permite el acceso a universos regidos por la imaginación o dimensiones espirituales invisibles.

Los narradores, a menudo, suponen el uso de máscaras para dar más vida a sus narraciones, mientras que muchos de los eventos de la propia naturaleza que no se podían explicar eran comprendidos a través del recurso de estas herramientas de ilusión e imaginación.

Las máscaras tuvieron un papel activo en muchas civilizaciones. En el ámbito religioso, jugaron un rol espiritual como instrumentos esenciales para rituales sagrados.

Así fue en África, cuando eran elaboradas de manera artesanal, con rasgos distorsionados, proporcionalmente más grandes de lo normal, hechos de cobre, madera o marfil. En el antiguo Egipto, utilizaron las máscaras hechas con piedras preciosas sobre momias listas para ser enterradas.

Entre los indígenas americanos, habitantes del noroeste del actual Estados Unidos, así como los Hopi y los Zuni, usaron las máscaras en ceremonias para llorar a los seres queridos que habían perdido.

Los indígenas brasileños llevan máscaras en sus ceremonias que simbolizan animales, aves e insectos. En Asia eran asumidas tanto en ritos espirituales como en los enlaces matrimoniales. En varias tribus primitivas los indios más viejos usaban las caretas en ceremonias de curación para expulsar entidades negativas, con el propósito de unir parejas en matrimonio o en los rituales de transición como el paso de la infancia al mundo de los adultos.

Las máscaras también tenían rasgos simbólicos, como se ve en las tribus de esquimales que viven en Alaska. Ellos creían en la doble vida de todo ser humano, de un lado humano, de otro animal.

CARNAVAL

En América, las máscaras desembarcaron junto con los europeos y de allí se transfirieron, tanto como juguetes infantiles como para bailes y otras fiestas. Ya en Venecia, en el siglo XVIII, las máscaras se convirtieron en objetos de uso cotidiano por todos y cada uno de sus habitantes, revelando únicamente nariz y ojos. Pronto fueron prohibidas debido a la dificultad para la identificación de criminales que tenían los policías durante esa época.

Actualmente, tienen mayor utilidad durante las fiestas tradicionales y fechas especiales como Halloween, el famoso Día de las Brujas, y en el Carnaval.

En el mundo occidental, los griegos antiguos fueron pioneros en el uso de máscaras con la adopción de las fiestas dionisíacas, perpetradas en honor de Dionisios, un dios responsable de los rituales del vino y la fertilidad.

En Bolivia, la manifestación plena del uso de las máscaras es en la festividad del Carnaval y más significativamente en el de Oruro declarado por la Unesco como “Patrimonio cultural, oral e intangible de la Humanidad”.

La historia del Carnaval de Oruro puede ser descrita a través de la evolución de las máscaras de La Diablada, por ejemplo.

Un estudio publicado por el periódico La Patria hace referencia a la evolución de las máscaras de diablos, chinas y ángeles. Las mismas se fueron complejizando en la ornamentación y en el material de su fabricación, con el uso de materiales más maleables y ligeros.

Los estudiosos de este fenómeno artesanal, como Alfredo Flores, divide este proceso cronológicamente en cinco etapas debidamente fechadas. El primero parte de fines de 1800 hasta 1910, seguido de 1910 a 1935, luego de 1935 a 1950 y de 1950 a 1970 y 1985.

El investigador Jorge Vargas Luza logró identificar cerca de 12 muestras de máscaras que pertenecen al periodo entre 1850 y 1945.

Señala que los primeros carreteros, podían ser provenientes de la pobla-ción de Paria, se mantiene la hipótesis que estos comunarios aprendieron gracias a la instrucción de españoles que colonizaron varios sectores del departamento.

Observa diferencias curiosas en las máscaras antiguas, pues tenían cuatro pequeños cuernos, además de una asimetría en el color, azul de un lado y roja del otro, o puede ser amarillo y verde. La expresión facial era muy realista, muy humana. Eran muy resistentes.

Las caretas efectuadas solamente con yeso van tomando un nuevo perfil, un nuevo semblante, con la nariz cola de pato de los años 40 y 50, ojos desorbitados de focos de 500 watts de entonces y los cuernos retorcidos que aparecen en los años 50 además de la máscara de color negro.

Hay elementos que han ido incorporándose a partir de los años 50 como los dragones, antes eran las iguanas, viboritas y otros seres de la mitología andina.

Características

En las entradas del Carnaval de Oruro y en el Corso de Corsos de Cochabamba se presentan diferentes expresiones folclóricas como la diablada, morenada, caporales, tobas, tinkus y otras más.

Las máscaras más llamativas son la de los morenos, de la danza morenada, cuya procedencia es de La Paz y data de la primera mitad del siglo XX.

La careta exagera los rasgos faciales con labios gruesos, ojos saltados y cabello largo y crespo, mostrando el gran esfuerzo físico del trabajo de los esclavos, plasmado en una técnica es fieltro moldeado en yeso, policromado al óleo y fibra animal. Este personaje representa a los esclavos negros que llegaron a Potosí a principios de la colonia española, y que fueron trasladados luego a otras regiones para el trabajo agrícola en haciendas que abastecían al mercado potosino.

La máscara va complementada con elementos alegóricos y la vestimenta en forma de barril que representa el trabajo en los viñedos de Cinti (Chuquisaca), a donde fue llevado un grupo de esclavos para labores agrícolas en las haciendas. El Rey Moreno" o "Súper Achachi" lleva sobre la cabeza, además de la careta, una corona dorada y es reconocido por los miembros de la Morenada como uno de los participantes más antiguos de la danza. En él se preserva la historia oral de las innumerables entradas folclóricas en las que ha participado la fraternidad.

Eventualmente, lleva guantes y un cetro de autoridad. El Rey Moreno, denominado también como Súper Achachi, es el personaje principal de la danza y que va por delante de las tropas de morenos.

En el caso del caporal, la procedencia es de La Paz de mediados del Siglo XX. La técnica es similar a la de los morenos. Es de fieltro moldeado en yeso, policromado al óleo, pedrería y fantasía y fibras animales. Este personaje está presente en diferentes danzas como el Caporal, Negritos, Tuntunas y otras. Se destaca como el “mandamás” o capataz de las tropas de morenos.

El diablo es otro de los personajes centrales de la festividad. Su máscara como lo demás es de fieltro moldeado en yeso, policromado al óleo y pedrería de fantasía.

La máscara representa al personaje común de las tropas de los diablos que representan las fuerzas del mal; normalmente en la danza se ubican en dos filas dispuestas a los costados, siendo comandados por el Arcángel San Miguel. Los ojos saltones, narices exageradamente deformadas y pestañas gigantescas son elementos comunes en la máscara de este personaje.

En el caso d lucifer la careta es más elaborada con imágenes de serpientes y la innovación de luces y los lanza fuegos que hacen las delicias de los espectadores.



No hay comentarios:

Publicar un comentario