sábado, 4 de marzo de 2017

Waphuris al ritmo del Carnaval de oruro



De repente llega un mensaje a través del correo electrónico. Es David Aruquipa (activista por los derechos de transexuales, lesbianas, gays y bisexuales), quien ofrece la oportunidad de presentar el nuevo traje de los waphuris Galán para el Carnaval de Oruro. Las tratativas se tornan difíciles porque las comparsas guardan hasta el último momento las novedades, pero la Fraternidad Folklórica Kullawada Oruro, presidida por Marian Echenique, da su venia para mostrar la vestimenta, que forma parte de la lucha reivindicativa de la diversidad sexual.

“No somos simplemente bailarines, somos voz reivindicativa de los derechos humanos (...) En cualquier espacio público nos reconocen como Familia Galán, saben que tenemos un discurso de reivindicación, que luchamos por la igualdad, no solo por los derechos de la comunidad TLGB (trans, lesbianas, gays y bisexuales), sino también por la población afroboliviana, por los adultos mayores, portadores de VIH, por la población excluida históricamente”, sostiene David acerca de la lucha que llevan a cabo por la comunidad.

La Familia Galán nace en 1997, inspirada por Diana Sofía Galán (cuyo nombre real es Marco Salguero Vilte), quien enseñó el arte del transformismo a sus amigos cercanos de diversa orientación sexual. “Hemos sabido utilizar el transformismo como una herramienta de lucha política; entonces, no somos solamente un colectivo trans, somos una representación estética de lo lúdico del mundo drag queen, que desde hace más de una década viene abriendo nuevos espacios de diálogo”, comenta David (Danna Galán) en un testimonio titulado La revolución estética de la Familia Galán en Bolivia.

Tres integrantes del bloque Candelaria demuestran los nuevos pasos y vestimenta que presentarán junto a la Fraternidad Folklórica Kullawada Oruro, que dio la venia para ofrecer el adelanto de la nueva indumentaria. Foto: Miguel Carrasco. Gentileza David Aruquipa

La lucha académica y política dentro de salones no se pega en la cotidianidad ni es suficiente; por esa razón es que utilizar el cuerpo, el traje y la estética “es un proceso que permite acercarte” a la gente. “Las fiestas son espacios de tolerancia y permisividad, por lo tanto posibilitan otras expresiones diferentes. Las fiestas populares se constituyen en espacios de participación de las expresiones de las diversidades sexuales y de género, y sus presencias se tornan en contestatarias desde esa subalternidad, en un sentido político y de transgresión”, señala el libro Memorias colectivas, Miradas a la historia del Movimiento TLGB en Bolivia, escrito por David, Paula Estenssoro y Pablo Vargas.

Es así como llegó la oportunidad para que la Familia Galán continuara su lucha de reivindicación desde la Peregrinación a la Virgen del Socavón en Oruro. Hace varios años, Carlos Parra (Paris Galán) fue invitado a bailar kullawada en un bloque creado en La Paz. Ser alto ocasionó que fuera de los últimos bailarines, lo que le incomodó de sobremanera. Empero, para el tercer año, le propusieron que participara como waphuri, considerado el comandante o capataz de la tropa, que baila adelante haciendo blandir una enorme rueca. “Pero yo me sentía medio tímido para bailar solito de waphuri”, recuerda Paris en el libro No se baila así nomás, escrito por Eveline Sigl y David Mendoza.

La condición para que aceptara fue que lo acompañaran los tres amigos con quienes había ido al ensayo: David, Alen Justiniano (Wachta) y Arturo Noriega (Calipso). El traje del waphuri está compuesto por una máscara blanca con lunar y nariz gigante, complementado con un chaleco recubierto de pedrería y bordados, un traje pesado, incómodo y duro.

Alen Justiniano, Carlos Parra y David Aruquipa pasan por la avenida Cívica, durante la Peregrinación del Carnaval de Oruro de 2011.

“Lo que hemos hecho, y en eso Paris Galán es importante, es coquetear con ese personaje tan masculino, fue como quitarle ese machismo histórico. Hemos mariconizado o feminizado al waphuri”, asevera David. En la búsqueda por hallar la indumentaria perfecta, Paris vio un video de Juan Gabriel durante su primera presentación en el Palacio de Bellas Artes de México DF (12 de mayo de 1990) y le llamó la atención “un saco negro, cortito, esos de torero que le dicen, bordado todo de perlas blancas, y el pantalón, igual; me inspiré y dije: ‘Ése tiene que ser mi traje de waphuri’”, explica Paris en el texto de Siglo.

No importaba que se quedaran hasta la madrugada para bordar el traje, pues en ese proceso le gustaba más. Cuando llegó el momento de que se presentaran por primera vez como waphuris ante el público, el temor de los cuatro era innegable. “¿Qué hacen estos cuatro gays de la familia Galán queriendo bailar en el Carnaval de Oruro?”, comentaba una persona del sector tradicional, pues para él, los Galán no encajaban en este espacio folklórico. Además, iba a ser la primera ocasión en que cuatro waphuris iban a bailar juntos, en lugar del único tradicional guía.

Cuando empezamos a bailar por las calles orureñas, “con el riesgo de que nos silben o nos saquen en algún momento, era esperar a que el público te acepte o te rechace”. Algunos directivos de la kullawada Oruro los miraban con asombro y también con cierto reproche, porque consideraban que estaban tergiversando la danza.

Foto antigua de un waphuri original.

Mientras sentían el miedo al rechazo, de un momento a otro ya se encontraban en la avenida 6 de Agosto, donde, al verlos, la gente se incorporaba de sus asientos y los aplaudía.

Desde aquel 2002, esta reivindicación a través de la danza y la vestimenta se multiplicó, porque ya no eran solo los cuatro Galán, sino que en la actualidad en casi todos los grupos de kullawada hay un personaje de estas características, que desde ese año se lo denomina waphuri Galán.

“Eso para mí es muy grato. Es una forma de utilizar un personaje, el aspecto simbólico del traje y reivindicarlo a partir de ello”, comenta David vestido con el traje tricolor del año pasado, que tenía el fin de demostrar que la “kullawada es 100% boliviana”.

Es una costumbre en Oruro que las vestimentas sean ch’alladas el viernes previo a la Peregrinación, pues el traje se apodera del bailarín y ayuda a que no sienta cansancio. El año ya ha pasado, es momento de crear otra indumentaria que se apropie del waphuri Galán, así que David —quien para esta Peregrinación ha creado el bloque Candelaria— ha diseñado junto a Roberto Sardón y Carlos Caero el nuevo símbolo.

Para esta gestión eligieron los colores negro (que se ha vuelto una especie de sello de este personaje) y el palo de rosa (porque este color es el característico de las personas con diferentes preferencias sexuales). “La fiesta es barroca (con exceso de ornamentaciones), por lo que tiene que tener mucho adorno y brillo, muchas joyas”, dice David.

Usarán prendedores, anillos y joyas como símbolo de riqueza, “pero no material, sino riqueza espiritual”, pues esta fiesta es una trinchera más para la reivindicación de sus derechos. Y también para mostrar una novedad de lucha. l



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