A decir de algunas personas que vieron los grafitis, este sería un atentado contra la Iglesia Católica, por parte de detractores que no comparten los principios religiosos. Los insultos por demás ofensivos, fueron borrados por los trabajadores de la iglesia, quienes se dieron a la tarea de pintar sobre lo escrito, en las paredes y lavar con agua las puertas, que si bien no quedaron del todo limpias, por lo menos ya no se distingue lo escrito.
Este incidente será investigado por el Ministerio Público, ya que se atenta contra la moral de quienes dirigen la Iglesia Católica en Oruro, además contra la propiedad privada.
Esta clase de hechos se observa no solo en la Iglesia, sino también en otras instituciones, donde se pintarrajean las paredes con insultos o mensajes que deslucen los edificios, especialmente los recién pintados.
Por ejemplo, para el aniversario del colegio Donato Vásquez se hizo pintar su infraestructura, que además es relativamente nueva, pero a pocos meses se advierte que no hay un espacio sin que tenga letras y gráficos.

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