Al llegar al lugar, las personas que se encuentran de paseo o tienen tiempo para apreciar el panorama de esa zona desde esa altura, observan la falta de limpieza y control para evitar que realicen fechorías en este lugar, ya que incluso a mediodía, bebedores consuetudinarios se instalan en el lugar, brindando inseguridad a niños, jóvenes y adultos.
Para empezar, al subir las gradas se aprecia desechos de todo tipo como botellas, ropa, desechos sólidos e incluso algunos convirtieron el lugar en un baño público con la consecuente contaminación ambiental y visual porque miran el mal gusto de algunas personas que pintaron todo lo que encontraron a su paso.
Los vecinos piden que exista un control en el lugar, pues varios fueron víctimas de antisociales que aprovechan la ausencia de uniformados en este sitio para destruir el ornamento público.

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