domingo, 19 de junio de 2016

Bolivia en México

Visitar la ciudad de México fue una de las experiencias más bonitas que se presentó a mi vida, ya que las cosas inesperadas suelen tener resultados como los que contaré a continuación.

Muchas veces vi que los grupos que son parte de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), salen a expandir nuestro Carnaval en varios países. Fue entonces el turno de llegar hasta México con una delegación integrada por los Caporales Reyes de la Tuntuna Enaf.

El viaje fue toda una aventura, ya que existía mucha expectativa por la presentación en pleno centro del Distrito Federal D.F. en una feria llamada "las culturas amigas de México", que pudo concentrar a más de noventa países exponiendo su cultura, sus trajes y el ámbito turístico, el zócalo era el escenario para el desarrollo de cada una de las expresiones que se manifestaron por el lapso de una semana.

Mientras llegaba el día de la presentación pudimos realizar visitas a distintos lugares turísticos de la ciudad de México, como las pirámides de Teotihuacán, Acapulco y Xochimilco entre otros, pero en cada lugar de visita se pudo dejar una pequeña muestra de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad como es el Carnaval de Oruro.

El primer día de visitas pudimos llegar a conocer la Basílica, lugar donde se encuentra la Virgen de Guadalupe y después de escuchar misa y recibir la bendición de la guadalupana, nos fuimos al hotel para empezar con los ensayos de la coreografía que se iba a presentar en el escenario de la feria por la delegación boliviana.

En nuestra visita a Acapulco después de disfrutar de la playa y casi cayendo la noche, se empezaron a escuchar algunas melodías de nuestro Carnaval al son de los caporales, interpretada por una banda integrada por jóvenes músicos "los Nuevos Decadentes ", la delegación boliviana empezó a bailar sobre la arena y de cierta forma a despertar la curiosidad del turista que se encontraba en la playa donde empezaron a surgir ciertas preguntas como: ¿de dónde vienen? O ¿Cuál el motivo de su visita? y en la noche algunas luces de flash que se veían desde los cuartos del hotel como queriendo rescatar algún recuerdo de aquella noche.

Ya de retorno al D.F. continuaron los ensayos para la presentación del zócalo, pero paralelamente siguieron los paseos por la ciudad incluso hasta llegar a las pirámides de Teotihuacán donde la tricolor nacional pudo ser expuesta para las fotos del recuerdo.

Llegando el día de la presentación cerca a las 2 de la tarde la delegación empezó a alistarse y ponerse los trajes para hacer una buena representación del Carnaval, una vez listos para salir del hotel, escuchamos a alguien decir que las calles de la ciudad estaban congestionadas de vehículos y que debíamos de llegar hasta el zócalo a pie; así fue, salimos rumbo al centro de la ciudad, de esta caminata sacamos varias anécdotas, al extremo de que hasta la policía mexicana quería tomarse unas fotos con los caporales y entre cámaras de celulares de los transeúntes en muchas ocasiones la delegación se tuvo que detener para sacarse más fotos con los admiradores de los caporales de Bolivia.

LA PRESENTACIÓN

El día esperado llegó, la delegación se encontraba detrás del escenario ya lista para la presentación, pero sobre el escenario los residentes bolivianos en México, demostraban otras danzas del Carnaval como la morenada, la diablada, los tinkus, incluso la chacarera, acompañados de la música interpretada por el grupo "Yupanqui", agrupación que está integrada por seis personas mexicanas, pero que interpretan el folklore de Bolivia desde hace 15 años, y para cerrar la participación boliviana estaba la danza de los caporales Enaf, acompañados por la banda "Nuevos Decadentes".

Los espectadores aplaudieron y en algunos casos bailaron con mucha alegría la danza de los caporales, mucha gente cercana al escenario portaba la tricolor en sus manos y veían a los caporales bailando con mucha emoción, la banda tocaba debajo del escenario generando el aplauso de los que estaban en pleno zócalo; después de más de treinta minutos de presentación, la banda interpretó la cueca "viva mi patria Bolivia" y ya imaginarán las emociones encontradas de muchos bolivianos asistentes a la feria, los caporales cerraron su participación agradeciendo y sacando a la vista tres banderas sobre el escenario, la rojo carmesí de Oruro, la tricolor boliviana y la tricolor mexicana, recibiendo aplausos y arrancando gritos como "Viva Latinoamérica!!!, viva Bolivia!!!, viva México!!!, vitoreado por un espectador de nacionalidad mexicana.

Después de los aplausos de los espectadores y arrancando algunas lágrimas, la banda volvió a interpretar la música de los caporales y los danzarines se bajaron del escenario para proseguir su baile por las afueras de la feria y posteriormente ingresando a la misma. La gente que visitaba la feria abrió una especie de callejón donde se advertía cámaras en todo ese recorrido, queriendo llevarse algunas imágenes de la danza boliviana, poco a poco en su paso por la feria apareció una bandera boliviana que era llevada por un boliviano que ya radicaba en México hace muchos años, elevando un grito que decía, ¡viva Bolivia!

Avanzaron un buen trecho al interior de la feria, al epílogo de la presentación la gente aplaudió y empezó a rodear a la delegación, pero en eso la banda comenzó a interpretar otros géneros musicales, como la diablada, la morenada y la cueca, la reacción de la gente fue inmediata para bailar y disfrutar un poco más de Bolivia y su folklore.

XOCHIMILCO

Fue otro espacio en el que nuestra música contagió a los visitantes de este centro turístico, donde predomina el colorido de unas barcazas que sirven para hacer un recorrido por las aguas de este lugar, una especie de Venecia en México, donde por lo general los visitantes están acostumbrados a escuchar a los conocidos mariachis acompañando a parejas de enamorados o simplemente amenizando con música ranchera a quienes quieren dar un paseo, compartiendo en familia o con amigos.

Fuimos invitados como delegación por un grupo de residentes bolivianos quienes prepararon comida y algo de tequila para compartir, pero grande fue nuestra sorpresa al enterarnos que muchos de los anfitriones eran mexicanos y pertenecían a un ballet que practicaba las danzas bolivianas, sobre todo las danzas del Carnaval de Oruro, niños y jóvenes que quedaron enamorados de nuestra cultura por lo colorido de sus trajes, por la música, y la alegría que contagia la magia de nuestro Carnaval, así como lo comenta la mexicana Aketzali Varela, "es una experiencia increíble bailar su folklore que está lleno de alegría y mucha pasión, he visto videos del Carnaval y quisiera algún dia llegar a bailar a Oruro pero también me llama la atención los trajes muy coloridos que está padrísimo, también quiero descubrir otras danzas de las que tanto me han hablado", sostuvo; también rescatar los conceptos de un niño de casi 10 años llamado Miguel Ramírez, que se refería a las danzas que bailaba: "bailo morenada, diablada, kusillos, macheteros, waca waca, pero lo que más me gusta es el caporal y mi deseo es bailar en el Carnaval de Oruro, me gusta mucho sus bailes y sus trajes".

Son varias las compañías que bailan danzas bolivianas en México y van creciendo en su membresía, considerando que son niños y jóvenes mexicanos que bailan como si fueran danzarines del Carnaval orureño.

PARQUE DE LOS VENADOS

Allí se desarrollaba una kermesse donde la comunidad boliviana y latinoamericana, se concentraba para rendir un homenaje a las madres bolivianas en la que advertimos la presencia de otras compañías de danza y también grupos invitados que interpretaban música de varios países latinos, en este mismo espacio los caporales Enaf, nuevamente hicieron de las suyas con la diferencia que los residentes se contagiaron del baile y la música llenando todo espacio libre para bailar en parejas, incluso haciendo coreografías en filas, la banda sobre el escenario invitaba a seguir moviendo los pies y la gente cantaba y aplaudía cada uno de los temas interpretados, convirtiendo en fiesta la kermesse.

Bolivia estuvo en México, el Carnaval de Oruro se bailó en estas tierras y nos dimos cuenta de algo muy importante; que la Obra Maestra está siendo reconocida en otros países y valorada por su esencia e identificada como danzas propias del folklore boliviano.

Lo que nos queda es seguir apoyando cada una de nuestras manifestaciones, orientarlas y difundirlas para que el mundo hable con un fundamento y de manera contextualizada, para que se conozca nuestro Carnaval, desde sus mitos, leyendas y tradiciones.

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