sábado, 1 de marzo de 2014

Una festividad folklórica declarada patrimonio

Oruro ejerce una influencia cultural y religiosa muy fuerte en la región y en el mundo. La ritualidad, la continuidad y la creatividad constituyen la base del Carnaval de Oruro, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” desde 2001.
Hoy es un centro de irradiación de danza y música de diabladas, morenadas, caporales, tobas, tinkus, etcétera. De acuerdo con algunos historiadores, la fiesta fue transformada en ritual cristiano, pues los devotos de la Virgen Candelaria (Virgen del Socavón), cuya fiesta se celebra cada 2 de febrero, convirtieron la tradicional danza de la diablada en el baile típico y principal de Oruro.
En 1559, los frailes agustinos llegaron a Paria desde España y se dedicaron a la evangelización en el altiplano. Traían una fuerte devoción mariana desde España, donde la fiesta de la Candelaria se había establecido ya en el siglo XI como una de las cuatro principales fiestas marianas.
Los mineros crearon la comparsa de diablos para venerar a la Virgen del Socavón, los sábados de Carnaval, días en los que eran liberados del trabajo en las minas, cuentan los historiadores. Luego, por órdenes del Virreinato de Alto Perú, con sede en Lima, las celebraciones fueron prohibidas a lo largo del siglo XVII, aunque se mantuvieron y revivieron por parte de los pueblos originarios bajo los rituales católicos de la Fiesta de la Candelaria. Los íconos cristianos reemplazaron a las deidades nativas con el cambio de los santos por los elementos de la cosmología andina.
Max Harris, doctor en estudios religiosos y director ejecutivo del Consejo de Humanidades de Wisconsin en la Universidad de Wisconsin-Madison, considera que es con este trasfondo que la leyenda de la Virgen del Socavón de 1789 apareció favoreciendo a la rebelión, ya que los indígenas veneraban a la Virgen de la Candelaria, mientras que los chapetones o descendientes de españoles solían venerar a la Virgen del Rosario. Para 1784 era ya costumbre bailar, jugar y formar comparsas para el Carnaval de Oruro.
Según las creencias de los revolucionarios, la Virgen del Socavón habría tolerado a las deidades indígenas o "demonios” y, según Harris, si la leyenda es correcta, para 1790 los mineros de Oruro habrían movido la celebración de la Candelaria para Carnaval y habrían añadido a los dioses indígenas, enmascarados como diablos cristianos, a las festividades.
La actual festividad folklórica es una expresión del encuentro de dos mundos, el occidente (español) y las culturas milenarias de la región.
En 1789, la Iglesia Católica entronizó oficialmente la imagen de la Virgen Candelaria, que es venerada en la festividad del Carnaval, por eso la fecha de la fiesta es movible o adecuada al sábado de Carnaval. Ya en el siglo anterior, el año de 1952, un alcalde de Oruro tomó bajo tutela de la municipalidad la organización del Carnaval de Oruro.
El 19 de enero de 1963 se reunieron los presidentes y representantes de todas las agrupaciones folklóricas que participaban en el Carnaval de Oruro, después organizaron la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO).
Su primer directori o fue presidido por Antonio Avendaño Chávez, quien era también directivo de la Diablada Artística Urus.
El Carnaval empieza el primer domingo de noviembre y culmina el tercer día después de la fastuosa entrada del sábado de Carnaval.

Los reconocimientos
1970 Se declara mediante decreto supremo a Oruro Capital del Folklore de Bolivia. Elevado a rango de ley en 1984.
1994 Un decreto del gobierno declara Patrona del Folklore Boliviano a la Virgen del Socavón.
1995 El Estado de Bolivia reconoce la Entrada del Carnaval de Oruro como Patrimonio Cultural, Tradicional, Artístico y Folklórico, que muestra el significado de cultura popular y tradicional.
2001 La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclama al Carnaval de Oruro Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

2012 El Parlamento Andino declaró al Carnaval de Oruro como Patrimonio Inmaterial de la Comunidad Andina.

Los potolos, los seductores
Esta danza se originó en las poblaciones de Potolo y Potobamba, la primera ubicada en Chuquisaca y la segunda en el departamento de Potosí. Se caracteriza porque su coreografía es representada por los comunarios como cortejo o enamoramiento a las jóvenes mujeres.
De acuerdo con estudios, este baile ritual -de siembra y cosecha- se extendió por varias poblaciones del sur del país.

Los doctorcitos, una sátira
Este baile satiriza a los hombres de leyes, denominándolos "doctorcitos”, en un sentido humorístico. Tiene un origen netamente citadino, en los albores del siglo pasado, cuando la consolidación de la República dio paso a ciertas mejoras educativas y la consecuente proliferación de profesionales, en su gran mayoría abogados, maestros o médicos.

Caporales, energía y seducción
Caracterizada por su ritmo contagioso y sus coloridos trajes, este baile surgió en la ciudad de La Paz a fines de los años 60 como expresión del llamado "neo-folklore”, que tomó, en este caso específico, una base en las tradiciones afrobolivianas y la adaptó a la dinámica cultural urbana. El personaje es el caporal, mulato desclasado y preferido del patrón. Ahora, esta danza ahora se baila en todo el país.

Morenada, historia y esplendor
Una de las danzas más populares y reconocidas en el mundo tiene un origen geográfico incierto. Para muchos surgió en el poblado lacustre de Taraco (La Paz), mientras que para otros nació en Oruro como iniciativa de los devotos de la Virgen del Socavón de Sillota y Saitoco, quienes pretendían representar la pisa de la uva y los trabajos de la esclavitud afroboliviana.

La diablada, símbolo del Carnaval
Esta danza se remonta a la época de los urus (pueblo indígena Uru Chipaya), pueblo anterior a los incas y aymaras, que adoraba al dios Huari con un ritual coreográfico representado por la vicuña en máscaras y vestimentas. El origen de la danza como tal se remonta a los albores de 1800, cuando un grupo de devotos empezó a escenificar el autosacramental (conocido como el relato del Diablo).

Cultura ancestral de los khantus
La danza de los khantus es de origen kallawaya (médicos o curanderos) provenientes de poblaciones próximas al lago Titicaca de La Paz, zona en la que el ritual se interpreta en diferentes circunstancias, debido a que tiene un carácter ceremonial religioso-pagano.
Se baila con el acompañamiento de la melodiosa música de sikus y la coreografía se basa en círculos con pasos cortos.

Los incas, recreación de conquista
Esta danza representa el periodo de la conquista y sometimiento de los españoles al Imperio Incaico. Con música lenta y pausada, los incas ingresan transportando (el pasado) a los espectadores hasta hace más de cinco siglos. Incluye a Atahuallpa y a Huáscar; a 12 incas de la realeza; Francisco Pizarro, Diego de Almagro; al cura Valverde y a los soldados de la antigua España.

Kullawada, una danza legendaria
La kullawada es una expresión de la vasta variedad cultural andina, representa la vinculación de una actividad social y económica produtiva de las antiguas sociedades andinas que se dedicaban a la cría y pastoreo de llamas y alpacas, como principal actividad de sobrevivencia; el baile simboliza específicamente los antiguos hilanderos y a los tejedores de estas sociedades. El ritmo es bastante contagioso.

Negritos, memoria y reivindicación
También llamada tundiqui, representa la opresión contra los negros africanos traídos durante la Colonia a América Latina para ser esclavizados por los españoles. Surgió en homenaje a los esclavosque llegaron a los centros mineros en Oruro y Potosí, entre los siglos XVII y XVIII. También se asentaron en los Yungas de La Paz. La danza surgió por iniciativa de los urus, quienes observaban a los esclavos.

Wacatokoris, el baile de toros
Wacatokoris es una danza que surgió para satirizar las habituales corridas de toros realizadas por los españoles durante la época colonial en plazas públicas y cerradas. En el baile se representa al toro, con un personaje que en movimientos de arriba hacia abajo se burla del matador o torero español. Cada integrante de esta danza tiene una diferente coreografía. Las mujeres llevan puestas una decena de polleras.

Pujllay, la fuerza de Tarabuco
El pujllay es una danza ceremonial de la localidad de Tarabuco, del departamento de Chuquisaca. Esta danza marcial data del año 1816, en reminiscencia a la batalla de las Carreras, en Jumbate, donde un destacamento de indígenas yamparaez (etnia de lengua quechua), con Manuel Ascencio Padilla, aniquiló al batallón realista de "Los verdes”.

El coraje y vigor de los tobas
La danza de los tobas es una representación de los guerreros de las tribus de la familia lingüística de los guaykurú, que fueron desplazados desde el sur de Argentina hasta el Chaco, región que es compartida por tres departamentos, además de Paraguay. Este grupo cultural está representado en el Carnaval de Oruro desde principios del siglo XX. Los tobas usan máscaras y enormes tocados hechos con plumas.

Los tinkus, pujanza y valentía
Evoca un ritual relacionado a la fertilidad que se practica en varias poblaciones rurales del Norte de Potosí. Consiste en el encuentro agresivo entre dos comunidades o dos comunarios representantes, que luchan fuertemente cuerpo a cuerpo, con el objeto de saldar rencillas, pero sobre todo ofrendar la sangre que brote del encuentro a la Pachamama (Madre Tierra).

Llamerada, para arrear
Es una danza precolombina de carácter mimético, es decir con una coreografía que imita determinada actividad del hombre en el altiplano. Representa los rodeos de llamas realizados por nativos del altiplano, antes de ejecutar la esquila y ofrecer estos animales a sus deidades divinas en una ceremonia de sacrificio. La danza se compone entre giros y pequeños saltos con un ritmo musical alegre.

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