domingo, 25 de enero de 2015

Los boticeros y su habilidad de calzar a los miles de danzarines

Una de las mejores características de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el Carnaval de Oruro, es el aporte brindado por sus artesanos. Destaca el trabajo de los boticeros, vital para que los danzantes lleguen a paso firme y sin problemas ante Nuestra Señora del Socavón.

Son cerca de cuatro kilómetros que los devotos a paso ágil, según la especialidad de danza, llegan hasta el Santuario del Socavón, donde la comodidad de sus prendas de vestir juegan un rol importante, para evitar lesiones y laceraciones, por lo que la elaboración de botas y calzados es todo un arte para la "Obra Maestra".

Botas, botines con agujetas o cierre, adornadas, con cascabeles o un adorno pomposo, interiormente deben brindar la comodidad y seguridad, por lo que los denominados boticeros de Oruro ya se volvieron expertos.

Cerca de la sede de uno de los mayores animadores del Carnaval de Oruro, la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, se encuentra el taller de uno de los mayores expertos en elaborar botas para los diferentes conjuntos, "La Rápida", que con nueva administración aún brinda la seguridad a los danzarines.

"Lo que nosotros empleamos es el cuero y también para las plantillas es la suela, automáticamente no le molesta al bailarín, no es como en la ciudad de La Paz que es puro cartón prensado que lo meten, y como el bailarín recorre cuatro kilómetros, con el sudor de los pies, el cartón se desase", explicó el gerente del taller La Rápida, Luis Cortez.

Con una variedad de pedidos y calzando a varios conjuntos participes de la Obra Maestra, en el taller de La Rápida se elaboran alrededor de seis a 12 pares al día, esto dependiendo del modelo, puesto que se elabora calzados y botas para caporales, morenada y diablada.

"Nosotros aportamos al Carnaval año tras año, este taller tiene más de 50 años de tradición, donde seguimos contribuyendo e innovando con diferentes modelos a las morenadas, diabladas y caporales, según al gusto de cada cliente. Manteniendo el blanco y rojo, además del blanco y negro, que son tradicionales de las diabladas", subrayó Cortez.

Antes con su taller denominado "Luising", Luis Cortez volvió al taller donde aprendió el oficio, acompañado de cinco operarios, que mantienen la tradición de brindar calzados a medida para el Carnaval de Oruro.

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